COMPAÑÍA, SECTOR

Cómo asegurar un entorno de trabajo seguro y confiable en las granjas de porcino

La actividad profesional en el sector ganadero, y en concreto el trabajo en las granjas, conlleva una serie de riesgos laborales que deben ser abordados de una manera ordenada y sistematizada para asegurar la integridad y salud de todos los trabajadores, veterinarios, técnicos y demás operarios involucrados en el trabajo diario de una explotación. Por esta razón, la edición del primer manual de prevención de riesgos laborales en granjas de porcino ha supuesto un hito para este sector, favoreciendo aún más su eficiencia y optimizando la producción. Se trata de una apuesta por la mejora continua y un incentivo para promover la competitividad, el crecimiento y la rentabilidad de la porcinocultura.

El mencionado manual ha sido desarrollado por la empresa MAS Prevención, referente en el área de la seguridad y salud integral de los trabajadores, de la mano de Zoetis, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor).

Pero ¿cuáles son los riesgos que potencialmente se pueden dar en los puestos de trabajo en las granjas?

Principales riesgos en las granjas

El pasado mes de septiembre celebrábamos un interesante webinar sobre la prevención de riesgos laborales en granjas porcinas. Su ponente, Ignacio Egea, técnico de prevención en MAS Prevención, resumía los principales riesgos para tener en cuenta en una granja de porcino:

  • Accidentes causados por seres vivos: pisotones, golpes, mordeduras…
  • Caídas:  desde el mismo o distinto nivel, caídas de objetos en manipulación…
  • Choques, golpes, cortes, pinchazos…
  • Atrapamientos: cuando una parte móvil de una maquinaria no consta de la protección necesaria.
  • Proyección de partículas: partículas en suspensión o proyección de partículas que requieren gafas o pantalla de protección facial.
  • Contactos eléctricos.
  • Atropellos, conducción de maquinaria móvil…
  • Atmósferas explosivas: se genera cuando hay un gas inflamable, pero también con materias en suspensión.
  • Espacios confinados: silos o lugares donde haya deficiencia de oxígeno o gases acumulados.
  • Manipulación y almacenamiento de productos químicos.
  • Mercancías peligrosas.
  • Agentes biológicos: principalmente las zoonosis.

Tan importante es conocer los riesgos como poner medidas para evitarlos o, en su defecto, prevenirlos.

Cómo abordar los riesgos en el trabajo

La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales señala como principal objetivo de una granja o empresa evitar los riesgos. Para aquellos que no se pueden evitar, será necesario evaluarlos y establecer una serie de medidas preventivas, de mejoras o procedimientos de trabajo que deben cumplir los trabajadores para controlar esos riesgos.

La ley también indica como aspecto clave tratar de combatir los riesgos en origen. Por ejemplo, evitar trabajos de soldadura en espacios o ambientes con riesgo de atmósfera explosiva, como puede ser, en el caso de una granja, cercano a un silo.

La normativa también contempla la adaptación del trabajo a las personas, es decir, a cada tipo de trabajador, para reducir los efectos de las distintas tareas sobre su salud, así como tener en cuenta la evolución de la técnica, o lo que es lo mismo, el avance de la tecnología. Como ejemplo se podría señalar el sustituir los esfuerzos manuales por maquinaria o tecnología que los eviten, siempre y cuando sea posible.

Pero si algo es fundamental es contar con una planificación de la prevención: un plan de formación y acciones para controlar los riesgos. Este plan debe ser un documento vivo en el que se planteen fechas previstas para las acciones, presupuestos y responsables (personas o departamentos). Así, es clave dar instrucciones correctas a los trabajadores: tienen que conocer los métodos de trabajo, las medidas preventivas, los equipos de protección individual que deben usar, así como los procedimientos que deben conocer para trabajar con seguridad.

Los empresarios tienen la obligación de asegurar estas medidas, pero los trabajadores también deben colaborar con los empresarios de manera que, si detectan algún riesgo potencial, deben comunicarlo inmediatamente a la empresa. 

Nuestro particular compromiso con el sector porcino

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, desde Zoetis vimos clara la oportunidad para resolver una necesidad existente en el sector. Una muestra de nuestro compromiso y apoyo a las comunidades en las operamos, mediante la aportación de herramientas de valor añadido a sus profesionales.

Así es como nace el manual de prevención de riesgos laborales en granjas porcinas: una rigurosa y completa obra conformada por más de 300 páginas. En sus 14 capítulos se abarcan los riesgos asociados a la exposición a agentes químicos, físicos y biológicos, y los derivados de la utilización de maquinaria, vehículos y otras herramientas específicas de la producción porcina. También contempla los equipos de protección individual, la señalización de seguridad, protocolos de primeros auxilios, así como la prevención de incendios y pautas de seguridad vial, además de otros riesgos ergonómicos y psicosociales.

Con este manual queremos ayudar a los profesionales de porcino en su trabajo diario, creando un entorno de trabajo seguro y confiable, y convertirnos en un aliado imprescindible para el desempeño de su actividad.