SECTOR

Trucos y consejos para el diagnóstico de la artrosis en gatos

Los gatos son expertos en enmascarar el dolor. Es por ello por lo que los signos de enfermedades como la osteoartritis (OA) son más sutiles y diferentes a los que podemos percibir y observar en perros. Gran parte de estos signos son cambios en el comportamiento: son más reacios a los saltos, disminuye el juego, sus movimientos son más lentos, aumenta el tiempo que pasan durmiendo… Pero lo cierto es que cerca del 45% de los gatos tienen signos clínicos de OA 1-4, pero solo se diagnostica el 13% de los gatos afectados6.

El dolor no tratado tiene un impacto negativo:

  • Deterioro musculoesquelético, con una reducción de la movilidad/actividad.
  • Deterioro cognitivo y afectivo.
  • Altera el vínculo entre el propietario y su mascota.
  • El dolor no tratado se vuelve más difícil de tratar (sensibilización central).
  • El dolor no tratado puede afectar a la calidad de vida del gato.

 

Al igual que en los humanos, el dolor crónico impacta negativamente en la calidad de vida de los gatos, no solo física, sino también emocionalmente.

Así, los principales retos actuales para el tratamiento de la OA en gatos incluyen:

  • Llevar los gatos a la clínica veterinaria.
  • Diagnosticar la OA.
  • Conseguir que los dueños de mascotas acepten o sigan las recomendaciones.
  • Empleo de tratamientos que mejoren la calidad de vida de los felinos, efectivos y con un buen perfil de seguridad. En este sentido, próximamente estará disponible una nueva opción terapéutica: el primer anticuerpo monoclonal inyectable para el alivio del dolor asociado a la osteoartritis en gatos.

Un programa de tratamiento integral comienza con el manejo del dolor para ayudar a garantizar el éxito de otros cuidados de apoyo. De esta forma, los objetivos para tratar la OA felina son:

  • Tratar el dolor: mejorar su calidad de vida.
  • Mantener la movilidad: fomentar la movilidad y el enriquecimiento ambiental, con ejercicio, tiempo de juego, rehabilitación física…
  • Ralentizar la progresión de la enfermedad: mantener un peso sano, apoyar la salud articular…

Pero ¿cómo diagnosticar la OA felina?

Uno de los errores más frecuentes en los propietarios de gatos es pensar que, por el hecho de tener una edad avanzada, es normal que duerman más o estén menos activos. Pero estos signos pueden deberse también a la OA. Dado que es una patología con una alta prevalencia, según muestra la evidencia científica, debemos estar alerta y no dejar pasar estas señales. El veterinario deberá informar correctamente al propietario sobre la posibilidad de que su gato tenga OA y ponerse manos a la obra para diagnosticarla, además de emplear medidas para, al menos, aliviar parte del dolor del animal.

Así, durante la anamnesis, el veterinario planteará al propietario una serie de preguntas útiles para identificar a los gatos con alteraciones musculoesqueléticas: “¿Ha detectado en su gato cambios en la actitud o habilidad para realizar actividades como subir o bajar escaleras, jugar, saltar a los árboles, utilizar su gatera…?”, “¿Ha observado cambios como un caminar más rígido o poco natural?”, ¿Ha detectado cambios en el comportamiento de su gato (orina o defeca en lugares extraños, se muestra menos activo, está más retraído, ronronea menos…)?”

De hecho, las listas de comprobación, como la que pone Zoetis a disposición de veterinarios y propietarios, son tremendamente útiles y pueden ayudar a identificar los signos de artrosis en el gato.

Exploración ortopédica

Realizar una exploración ortopédica a un gato puede ser complejo y, a menudo, requiere paciencia. Además, es importante emplear técnicas “respetuosas con la naturaleza felina” . El propietario puede ser un gran aliado, especialmente en aquellos pacientes en los que resulta complicado realizar la explotación. Así, mediante videos grabados por el propio dueño, se puede obtener información valiosa para el diagnóstico.

Lo recomendable es llevar a cabo una exploración de las articulaciones, tras una primera observación visual, en búsqueda de inflamaciones, crepitaciones, disminución de movimientos o dolor. Pero ¡ojo!, no todas las articulaciones presentarán dolor ni todas las que lo muestren estarán afectadas por OA.

Estudio radiográfico

Es conveniente confirmar la sospecha de OA mediante la observación de cambios radiográficos. El principal cambio radiográfico secundario a la OA es la formación de osteofitos periarticulares, aunque no siempre se hallan o son fácilmente identificables en todos los casos. Es importante recalcar que la OA puede darse sin detectarse cambios radiográficos evidentes.

Referencias:

  1. CIMINO BROWN D. What can we learn from osteoarthritis pain in companion animals? Clinical And Experimental Rheumatology, 35 (5; Suppl. 107). 2017:53-58.
  2. LASCELLES BD, HENRY JB, 3rd, BROWN J et al.: Cross-sectional study of the prevalence of radiographic degenerative joint disease in domesticated cats. Vet Surg 2010; 39: 535- 44.
  3. SLINGERLAND L, HAZEWINKEL H, MEIJ B, PICAVET P, VOORHOUT G: Cross-sectional study of the prevalence and clinical features of osteoarthritis in 100 cats. Vet J 2011; 187: 304-9.
  4. LASCELLES BD, DONG YH, MARCELLINLITTLE DJ, THOMSON A, WHEELER S, CORREA M: Relationship of orthopedic examination, goniometric measurements, and radiographic signs of degenerative joint disease in cats. BMC Vet Res 2012; 8: 10.
  5. Data on File, November Veterinarian 2018 KG Marketsense, Zoetis Inc.
  6. KG MarketSense 2018 Global Veterinarian Market Research.