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¿Cómo saber si mi gato sufre dolor?

Los gatos son auténticos expertos en enmascarar los signos del dolor, pero sufrirlo lo sufren. La prevalencia del dolor en estos animales esta, sin embargo, infravalorada, a diferencia de las otras mascotas por excelencia, los perros, que además de estar más a menudo bajo control veterinario, y compartir con nosotros más momentos de esparcimiento (paseos, por ejemplo), son mucho más obvios y hasta ostentosos en sus manifestaciones. De ahí la importancia de que tanto veterinarios como propietarios tengan herramientas que les ayuden a identificar si el animal, en este caso el gato, sufre dolor y cuál es el grado del mismo.

Siete claves del dolor en gatos

Existen signos comunes a muchos procesos patológicos y situaciones de estrés que nos pueden dar algunas pistas a tener en cuenta para saber si nuestro felino sufre dolor:

1.- Resistencia al movimiento. Sobre todo, si padecen alguna afección del aparato locomotor, evitan moverse en la medida de lo posible, dejando de subirse a muebles altos, ventanas y otros, con la agilidad que les caracteriza.  De hecho, es frecuente que estos animales permanezcan inactivos por periodos prolongados, echados en su lugar preferido. Si bien es cierto que un gato adulto puede pasar más de 14 horas al día descansando, es importante observar si lo hace o no en sus horarios habituales y si va prolongando estos descansos.

2.- Deposiciones fuera del arenero. A menudo los gatos que padecen dolor pierden la buena costumbre de orinar y defecar en su arenero, por lo que es aconsejable hacerles una exploración antes de concluir que en esta actitud subyace estrés, por ejemplo.  

3.- Descuidan el aseo.  El pelaje se torna menos suave y lustroso y el animal invierte menos tiempo en el característico ritual para su acicalamiento y rascado de uñas.

4.- Ausencia de marcaje. A los gatos les encanta tener todo bajo control. Cuando se sienten seguros, marcan cuidadosamente su hogar y las personas que consideran de su “manada”, frotándose contra los muebles y contra nuestras piernas, liberando feromonas. Sin embargo, cuando los gatos sienten dolor, su nivel de bienestar lógicamente disminuye y por tanto lo hacen en la misma medida todos estos signos relacionados con el marcaje.

5.- Exceso de salivación. Llamado técnicamente sialorrea o tialismo. Entre las causas más comunes, además de los cuerpos extraños e intoxicaciones, están las patologías bucofaríngeas y dentales que cursan con dolor en diferentes grados.

6.- Tercer párpado visible. Al igual que los perros y los caballos los gatos tienen lo que se ha dado en llamar “tercer párpado” o membrana nictitante , una telilla semitransparente que supone una protección extra para sus ojos y que rara vez se muestra. Cuando es visible puede ser indicativo de que algo no va bien.

7.- Cambios en la sociabilidad e incluso agresividad. Gatos que tienen un carácter dócil y cercano se vuelven reacios a las caricias e incluso agresivos. 

¿Sabías que la expresión facial de los gatos puede delatar dolor?

Así es, la evidencia de que la prevalencia de dolor en gatos es mayor de lo que se pensaba ha activado investigaciones en el campo del diagnóstico del mismo y también de su tratamiento, existiendo actualmente terapias muy novedosas, algunas basadas en anticuerpos monoclonales capaces de actuar sobre los factores de crecimiento nervioso (Antinerv Growth Factors -NGF-) y producir un efecto analgésico.

Pero volviendo a la evaluación y gradación del dolor en los gatos, existen actualmente cuatro escalas o sistemas, todos ellos con sus pros y sus contras. Entre estas últimas: requieren demasiado tiempo y solo sirven para un tipo de dolor (p.e post traumático tras una ovariectomia). Y lo cierto es que, por una causa u otra causa, estas escalas no han sido adoptadas por la comunidad veterinaria en la práctica diaria.

Por el contrario, se acaba de hacer público un estudio que detalla una nueva escala, la Escala de Grimace , desarrollada por investigadores de la Universidad de Montreal, basada exclusivamente en la valoración de la expresión facial como distintivo del dolor en gatos. Se basa concretamente en la observación visual de:

  1. Orejas: rectas indican ausencia de dolor, a mayor separación entre ellas, más dolor sufre el animal.
  2. Tensión orbital: cuanto más dolor, más cierra los ojos.
  3. Mandíbula: cuanto más dolor, más elíptica y menos redondeada es (aprietan los dientes).
  4. Bigotes: pasan de estar relajados y algo curvados a tensos y en punta, alejados de la cara.
  5. Cabeza: si trazamos una línea imaginaria por los hombros, cuando no existe dolor la cabeza permanece por encima de la misma y se va agachando hasta sobrepasarla por debajo en presencia del mismo.

Se establecen tres valoraciones después de la evaluación: 0 (ausencia de dolor); 1(dolor moderado) y 2 (dolor agudo). Una técnica relativamente sencilla que bien pudiera incluirse en las valoraciones clínicas de los veterinarios en su práctica diaria para determinar si es necesario emplear analgésicos, en qué medida, y si estos están haciendo su función correctamente.