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El porcino español innova para crecer de manera sostenible

El sector porcino español tiene una importancia clave en la economía de nuestro país ya que supone en torno al 14% de la Producción Final Agraria. Además, dentro de las producciones ganaderas, el sector porcino ocupa el primer lugar en cuanto a su importancia económica alcanzando cerca del 37% de la Producción Final Ganadera.

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España es a nivel mundial la tercera potencia productora (después de China y EEUU), mientras que, a nivel europeo, ocupa el primer puesto en producción, con un 4,1 M de toneladas producidas (datos 2018, Interporc). Somos además el primer país de la UE en censo, con cerca 86.000 explotaciones ganaderas.

Cifras todas ellas que significan el gran potencial de un sector en continuo crecimiento en los últimos años, tanto en censo de explotaciones, como de animales y también en producción y exportaciones Un sector comprometido y competitivo que encuentras más que nunca en la innovación la via perfecta para su desarrollo sostenible.

La sostenibilidad medioambiental de las granjas, su digitalización y monitorización, las alternativas al uso de antibióticos, el bienestar y la salud animal, la eficiencia productiva...son solo algunas de las áreas en las que el porcino centra su actividad innovadora.

La reducción del impacto ambiental de las granjas es objeto de constante innovación

En este sentido, Zoetis ha querido reconocer la labor innovadora de este sector, creando el Premio Porc d Ór Zoetis a la Innovación, que ha celebrado en noviembre de 2019 su tercera edición.

En esta ocasión la Granja Romaniega, de la empresa Agrocesa - Vall Companys Grup, situada en la localidad de Caleruega, Burgos, ha visto reconocido su proyecto para la reducción del impacto medioambiental de los purines.

Un ámbito muy importante para la innovación, ya que el vertido de purines conlleva consecuencias ambientales para el suelo, el agua y la atmósfera y España produce cerca de 40/50 M t/año de purines, lo que equivale a un 20% del total de la cabaña europea.

Los purines mal utilizados pueden originar un exceso de nitrógeno y de metales pesados en la tierra, además de la salinización y, en algunos casos, contaminación de los acuíferos por nitratos.

A la atmósfera se emiten: metano (CH4), por descomposición anaerobia de estiércoles líquidos en balsas; transferencia de óxido nitroso (N2O), por pérdida de desnitrificación; y malos olores (motivo de la mayor parte de las quejas de los ciudadanos) de amoniaco (NH3), que es principal gas emitido en las explotaciones porcinas, incoloro, de olor fuerte, soluble en agua y que en contacto con la atmósfera se volatiliza.

Un cultivo de levaduras y bacterias que reduce las emisiones contaminantes

El objetivo del proyecto premiado ha sido reducir el impacto medioambiental que tienen los purines mediante la aplicación de un tratamiento microbiológico. Como resultado se ha obtenido un cultivo de microorganismos, compuesto por bacterias y levaduras, que, aplicado sobre los purines, consigue reducir la emisión de gases contaminantes (como el amoniaco, el ácido sulfhídrico y el CO2), reducir el olor hasta casi eliminarlo, así como aumentar el poder fertilizante del purín.

Además, el purín tratado con este cultivo tiene un pH más ácido que los purines sin tratar, lo que genera un ambiente desfavorable para diferentes bacterias patógenas, como E.Coli, estreptococos, clostridios o salmonelas, reduciendo el riesgo de contaminación de los suelos por estos microorganismos.

La disminución de gases nocivos en las balsas de purines evita que estos se evaporen y, por tanto, formen parte de la lluvia ácida. Además, se contribuye a mejorar las condiciones de bienestar animal dentro de las instalaciones y se mejora el balance de nitrógeno, aumentando el nitrógeno orgánico y disminuyendo el inorgánico.

En definitiva, una iniciativa propia que responde a una necesidad real existente en el sector y que ofrece una solución sostenible para el tratamiento de purines:

  • Reduce microorganismos patógenos en purín
  • Reduce gases nocivos (NH3, SH2), tanto en las instalaciones con lo que supone mejora en el bienestar del animal como en balsas y su manejo agrícola, evitando aportación de estos a lluvia acida
  • Mejora el balance de nitrógeno, aumentando nitrógeno orgánico y disminuyendo nitrógeno inorgánico.
  • Reduce la conductividad.
  • Evita la manipulación de cubas, tanto en el transporte como en su aplicación al campo, que provoca olores desagradables en núcleos urbanos cerca del foco de emisión.
  • Reduce los tiempos observados en llenado de cuba.

En relación con la utilización de los purines en campos de cultivo se consiguen, entre otros, los siguientes beneficios:

  • Se obtiene un purín más homogéneo, líquido y más fácil de repartir en el campo.
  • Un purín que no reseca la tierra, ya que la cantidad de sales es baja, y facilita la aplicación de mayores cantidades del mismo.
  • Todo ello da lugar a mejores cosechas en distintos tipos de cultivo, siempre tomando como referencia parcelas contiguas.
  • Por otro lado, se evita la manipulación de cubas tanto en el transporte como en su aplicación en el campo, previniendo la aparición de olores desagradables en núcleos urbanos cercanos al foco de emisión.