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El paciente felino geriátrico: todo un desafío

Antiguamente, el gato era tratado en consulta como si de un “perro pequeño” se tratara. Hoy día, gracias a la investigación y especialización de ciertos veterinarios en la medicina felina, y a la creación de grupos de trabajo como el GEMFE , conocemos más en profundidad las particularidades de estos felinos. Unas particularidades que, si cabe, son aún más acusadas en los gatos de edad de avanzada, especialmente en lo que a la medicina, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, se refiere.

¿Por qué es especialmente complicado el paciente felino geriátrico?

Los gatos mayores (más de 11 años) representan un porcentaje importante de los gatos que acuden a la consulta, en concreto un 30 %. Aunque la media de vida es de 13-14 años, cada vez encontramos más gatos de hasta 18, 19 o 20 años.

A la hora de la llegada del paciente felino geriátrico a la consulta, tenemos que saber diferenciar los cambios relacionadas con la edad de los cambios que se producen por la enfermedad, pues no necesariamente van unidos. Esto es fundamental para intervenir de forma prematura y poder garantizar la calidad de vida del paciente.

Si algo destaca en los gatos es su instinto de supervivencia, que hace que oculten los síntomas de dolor, complicando a los dueños y veterinarios la identificación de una posible enfermedad. Así, patologías como la artrosis felina no han sido diagnosticadas o tratadas con regularidad hasta hace poco. Sin embargo, estudios recientes muestran que la artrosis es muy frecuente en gatos mayores. La clave será educar a los propietarios para que sean capaces de reconocer si su gato sufre dolor.

Algunos de los cambios que experimentan los gatos relacionados con la edad son:

  • La disminución de la elasticidad de la piel.
  • La disminución de la tolerancia al estrés, lo cual es especialmente importante para el manejo en la consulta.
  • Cambios en el ciclo del sueño/vigilia.
  • Cambios en la actividad: normalmente se vuelven menos activos.
  • Digestiones más lentas.
  • Disminución de la audición y sentido del olfato, lo que puede derivar en una pérdida del apetito. El estado de su dentadura también puede afectar en este sentido.

Estos cambios, en su mayoría, suelen ser progresivos y por eso pueden pasar desapercibidos.

La “fragilidad” del gato mayor

El concepto de "fragilidad" es importante desde el punto de vista de medicina humana, y lo podemos hacer extensivo al paciente felino geriátrico. Consiste en un aumento de vulnerabilidad frente a factores estresantes externos. Esta fragilidad aumenta con la edad, pero también con el estado de nutrición o con la sarcopenia (enfermedad progresiva y generalizada del músculo esquelético), y hace que disminuya la capacidad de mantener la homeostasis, sin que todo ello signifique que el animal esté enfermo. Normalmente, son gatos más sensibles al manejo y se ven seriamente perjudicados cuando este no es el adecuado provocándoles situaciones de estrés. Por eso es fundamental un manejo cuidadoso de estos animales.

En este sentido, volviendo a la consulta, será clave que nuestra estructura de trabajo sea extremadamente ordenada, ya que también es probable que se junten varias patologías:

  1. Partir siempre del motivo de consulta: ¿por qué viene a la clínica? No siempre este primer motivo coincide con la causa de la enfermedad, y deberemos seguir buscando pistas mediante una buena anamnesis.
  2. Profundizar en la anamnesis en esos otros signos que tal vez no se nos comuniquen como principales y nos ayuden a detectar la enfermedad. En este punto es especialmente importante tener en cuenta las enfermedades previas.
  3. Examen físico: prestando especial atención a los puntos clave del paciente geriátrico. Las constantes que debemos valorar son: frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura, la presión arterial sistémica y el grado de dolor.
  4. Diagnóstico diferencial, del más al menos probable, en función de la edad, historia clínica, signos compatibles…
  5. Plan diagnóstico: realizando las pruebas necesarias para aproximar el diagnóstico.
  6. Diagnóstico presuntivo, buscando un patrón que relacione las alteraciones encontradas con nuestra experiencia profesional.
  7. Plan terapéutico y seguimiento.

¿Cuáles son los principales cambios de comportamiento que podemos encontrar en gatos mayores?

Entre los cambios de comportamiento más frecuentes que se dan en gatos de edad avanzada encontramos:

  • Cambios en los hábitos del sueño, como andar por la noche.
  • Realizar sus necesidades fuera de su sitio.
  • Vocalizaciones.

Estos cambios pueden estar asociados a enfermedades, como tumores, enfermedad renal, artrosis… Por eso es muy importante estar muy atentos a estos cambios en las rutinas y hábitos de nuestro gato para detectar la presencia de una posible enfermedad cuanto antes.

Y ¿cuáles son las enfermedades más comunes en gatos mayores?

  • La Enfermedad Renal Crónica.
  • El dolor (en sí mismo se considera una enfermedad).
  • Hipertensión.
  • La Enfermedad Degenerativa Articular o Artrosis Felina.
  • Disfunción cognitiva.
  • Hipertiroidismo.
  • Neoplasias (tumores).

En muchas ocasiones, enfermedades previas que podía padecer el gato, pueden influir en estas nuevas enfermedades que surgen con la edad.

Fuente: Simposio Felino Online 2020 , organizado por Zoetis, GEMFA, IDAC y el Comité de Expertos en Dolor Crónico Felino